domingo, 25 de mayo de 2008

Lejanos

a Papu



Me devolviste la mirada infinitovacía, como el vacío que recorre el sudor infinito de mis manos. Te busqué. Un velo de lluvia de abril en mi rostro, y el olor a putrefacción escapa de las comisuras y me envuelve. Tu voz escarcha, se clava en la madera opacada por mis huellas. Soy tu intriga. Tal vez podría rellenarme con cenizas de otros tiempos... pero no. Estás ahí. Latiendo incesante, quebrando un auxilio en mis oídos. Mi estómago se dispara en la boca. Mi cuerpo se desvanece, lento. Y soy sólo un deseo de no ser.


De pronto abril humedece mi rostro. Y en mis manos tu figura delineada... y la distancia.



04/08/05